Todas las Personas Tienen el Derecho a Vivir una Vida Próspera
El día de hoy en Estados Unidos, el código postal de un niño y el color de su piel predicen la calidad de la educación que recibirá. Sin embargo, la lotería de dónde nacemos no debería determinar el destino de un niño. La educación juega un papel determinante en nuestra economía y democracia, y es hora de modernizar un sistema que ha sufrido de décadas de racismo, falta de fondos, distribución desigual de recursos públicos, y maestros abrumados con malos salarios y excesivas cargas de trabajo.
Cada dólar invertido en nuestro sistema educativo impulsa el crecimiento económico de nuestro futuro, y ayuda a restaurar la promesa del sueño americano — de que todos tengamos la oportunidad de vivir una vida próspera aquí. Eso significa atraer y retener educadores de alta calidad, cerrar la brecha de aprovechamiento preescolar, elevar la tasa de graduación de la preparatoria, revitalizar la educación y participación cívica, y enfrentar la creciente crisis de salud mental entre los estudiantes para lograr que los jóvenes de hoy puedan estar mejor preparados para mañana.