En la ciudad costera de Oxnard en el Sur de California, una de las corporaciones energéticas más grandes de Estados Unidos fue vencida por un grupo de residentes, activistas, y oficiales electos locales. La victoria cambió la forma que la que las grandes plantas de poder alimentadas por gas reciben permisos en California y esto sirvió para dejar algo claro en todas las comunidades del país: cuando el pueblo se uno, ellos pueden ganar.

“El pueblo puede vencer al poder corporativista y los facilitadores políticos de las corporaciones”, dijo Tom Steyer, un activista climático que trabajó con grupos comunitarios para vencer a NTG Energy. “No existe nada más poderoso que la voz unida del pueblo estadounidense.”

Oxnard se encuentra a menos de 50 millas al norte de Santa Mónica y Malibú. Estas opulentas ciudades que son predominantemente blancas tienen playas limpias y accesibles. Sin embargo, las 210,000 personas que le llaman hogar a Oxnard — de las cuales tres cuartos son latinas y más de un tercio nació fuera del país — no cuentan con acceso abierto a las playas. Desde la década de 1950, industrias altamente contaminantes y agencias estatales han transformado la costa de esta comunidad. Al llegar el inicio de la década del 2000, en las playas de Oxnard habían tres plantas de poder y un escorial industrial con un alto nivel de toxicidad, emitiendo contaminantes al aire de la comunidad. Las tasas de asma en algunos vecindarios de Oxnard históricamente han sido más altas que 90% del resto del estado.

 

“Tenemos usos industriales en nuestras costas que otras ciudades no toleran ni permiten”, dijo Carmen Ramírez, Alcaldesa Pro Tempore de Oxnard. Su ciudad ha sufrido una intensa polución “porque es una ciudad de gente pobre, de inmigrantes, algunos de ellos no hablan inglés y están muy ocupados intentando mantener un techo sobre sus cabezas”, explicó.

A pesar de que los pobladores de Oxnard estaban ocupados en cubrir sus gastos, ellos comenzaron a organizarse y a resistir a los contaminadores corporativistas.

En el 2012, los reguladores estatales decidieron que necesitaban una nueva planta de poder para cumplir con la demanda eléctrica. NRG Energy, la compañía independiente más grande de energía eléctrica y uno de los contaminadores más grandes en Estados Unidos, ganó un contrato para construir la Planta de Poder Puente y planeó ponerla en la playa en Oxnard.

“La comunidad reaccionó. Yo reaccioné”, recordó Ramírez. “Dijimos, ‘¿Esto es necesario? ¿Por qué lo están haciendo aquí de nuevo?’”

El Consejo Ciudadano aprobó de forma unánime una prohibición en nuevas plantas de energía a lo largo de la costa de Oxnard. Pero la Comisión de Energía de California tiene autoridad exclusiva sobre la aprobación de plantas de poder alimentadas por gas en el estado.

La victoria para Oxnard dependería de una coalición de líderes locales, activistas, abogados, científicos, y residentes, entablando argumentos críticos a nivel político, legal, y técnico.

“Estos activistas locales hicieron su trabajo… pero necesitaban un altavoz, y necesitaban alguien que dijera que esto es importante”, dijo V. John White, quien ayudó a montar el caso legal y científico de la ciudad.

Tom Steyer escuchó sobre la protesta y preguntó cómo podía ayudar. Él acudió a las audiencias estatales, atestiguó en contra de la planta de poder, escribió artículos, reunió a partidarios, y le dio a la comunidad el megáfono que necesitaba.

 

“Tom Steyer puso este tema en el espacio público. La comunidad pudo por primera vez ser escuchada y elevada”, dijo White.

La marea cambió. Oxnard no sólo ganó en la corte de la opinión pública, sino que también triunfó en recalcar que tecnologías nuevas y limpias para generar energía han hecho que el Proyecto de Poder en Puente fuera innecesario.

Finalmente, en el otoño de 2017, dos integrantes de la Comisión de Energía de California anunciaron públicamente su decisión de recomendar la negación de la planta de poder. A inicios del 2018, NRG retiró su solicitud. El Proyecto de Poder en Puente había muerto. El pueblo, la energía limpia, y el aire limpio habían ganado. 

El Los Angeles Times publicó un editorial con el encabezado, “El principio del fin para las enormes plantas causantes del cambio climático en California.”

En el 2019, el proveedor de electricidad en Oxnard reveló un plan para usar tecnología limpia para cubrir las necesidades de alta demanda de la región. Nacionalmente, Oxnard es conocida como la ciudad que jugó el papel principal en cambiar el juego hacia soluciones de energía limpia.

Más batallas restan por combatir. Todas las plantas de poder en la costa de Oxnard, dos de ellas propiedad de NRG, ahora han sido clausuradas. Pero NRG se niega a tomar responsabilidad y demoler sus plantas y restaurar la playa.

Ramírez comprende las luchas que están por venir, pero también sabe que esta ha sido una gran victoria para la gente de Oxnard. “El día de hoy nuestro planeta, nuestras comunidades enfrentan terribles retos que debemos confrontar”, ella dijo. “Pero yo considero que el cambio empezará a nivel local y que hemos demostrado que podemos hacer una diferencia por el futuro de nuestros hijos y nietos, así como por la vida en nuestro planeta”.

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