Durante dos años, desde que los republicanos de California incluyeron un enorme vacío fiscal en la ley de reforma que fue promulgada en el 2009, los demócratas estuvieron intentando su derogación. Los republicanos — apoyados por cabilderos corporativistas — obstruyeron cada intento. Harto de que las grandes empresas fueran recompensadas por sacar empleos de California, Tom Steyer puso una propuesta en la boleta electoral, para que las personas de su estado pudieran hacer lo que sus políticos no lograron.
Su propuesta hizo que esas corporaciones que operaban fuera del estado pagaran su parte justa en impuestos de California y garantizó que el dinero se destinara hacia la estimulación de la economía, a crear buenos empleos, y a enfrentar la crisis climática.
El plan fue incluido en la boleta como la Propuesta 39, o Iniciativa de Tratamiento Tributario para Empresas Multiestatales. Tom co-dirigió la campaña comunitaria y contribuyó $30 millones para lograr su promulgación, respaldada por una coalición diversa y bipartidista que él logró reunir. La Propuesta 39 ganó en una victoria aplastante, obteniendo el 61% del voto.